Ser mamá modifica el cerebro de las mujeres

Aunque existe evidencia científica de que el embarazo ocasiona una reestructuración cerebral, estos estudios han sido poco visibles por lo que la mayoría de las mujeres desconoce qué es el “baby brain”.

Por: Daniela Sandoval

Los cambios mentales durante la etapa del embarazo son poco estudiados por la ciencia, destacaron especialistas en neurociencia y maternidad durante el conversatorio virtual «La Ciencia del Cerebro Materno» realizado por la Red Mexicana de Periodistas de Ciencia (RedMPC), el pasado 14 de julio.

En él participaron: las periodistas e integrantes de la RedMPC, Sarai Rangel y Gabriela Frías; la investigadora de la Universidad Autónoma de Barcelona, España, Erika Barba-Müller; la educadora prenatal y asesora de lactancia Silka Guerrero; la coordinadora de Incidencia Política Federal de la Iniciativa ciudadana Pacto por la Primera Infancia, Damaris Sosa; y fue  moderado por la periodista y presidenta de la RedMPC, Cecilia Montero.

Algunos ejemplos de los cambios mentales durante el embarazo son: dificultades de concentración, la mala memoria y la confusión, síntomas englobados en lo que especialistas denominan como “baby brain” o “cerebro de mamá” como señala la investigación periodística “Baby Brain: ¿qué hay detrás de los famosos “olvidos”?” realizada por Sarai Rangel, publicada en la revista Muy Interesante MX, en julio de 2022. 

Dichas modificaciones cerebrales son provocadas, principalmente, por el aumento de algunas hormonas como la progesterona y los estrógenos, como lo señala el integrante del Departamento de Neurobiología, del Instituto Nacional de Psiquiatría, Eduardo Calixto González, en una publicación de la UNAM. 

Durante la charla transmitida a través de la página de facebook de la RedMPC, las ponentes presentaron la información que se conoce hasta el momento sobre el “baby brain”, y resolvieron dudas en torno a este estado que describen muchas mujeres durante su embarazo. 

Ya desde la década de los 90 se afirmaba que la amnesia materna era una realidad en una publicación de la médica, Eileen Baildam, en el British Medical Journal. Incluso, la revista Nature ha referido que, hasta este momento, no existen estudios suficientes por parte de la comunidad científica que comprueben que los cambios cognitivos y la disminución de la memoria en algunas mujeres son causados por el proceso de gestación.

No obstante, más recientemente, en diciembre de 2016, un grupo de neurocientíficas exploró el impacto del embarazo en el cerebro humano. La investigación publicada en la revista Nature Neuroscience, demostró que el cerebro humano sufre una reestructuración durante esta etapa.

Una ventaja de los cambios mentales durante la gestación es la adaptación, de acuerdo con la científica mexicana e integrante de la Unidad de Investigación en Neurociencia Cognitiva de la Universidad Autónoma de Barcelona, Erika Barba-Müller, quien realizó un estudio en esta institución con mujeres embarazadas.

Durante las pruebas, se evidenciaron cambios significativos en los dos hemisferios del cerebro, principalmente en la sustancia gris, similares a los de la adolescencia que alteran el órgano con el fin de adaptarse al entorno; la diferencia radica en que durante la gestación únicamente son algunas partes cerebrales las que sufren cambios, principalmente, para adquirir habilidades que les permitan a las madres inferir las necesidades de los bebés.

“Ya hay literatura científica que explica cómo las madres, durante el embarazo y en el post parto, adquieren algunas habilidades, son más ágiles y se vuelven más finas en detectar emociones en los rostros, alguna señal de peligro y esta reestructuración del cerebro tiene una finalidad evolutiva, tenemos datos de que ayuda a la madre a inferir las necesidades del bebé porque de esto depende la supervivencia del bebé”, explicó. 

Mientras que la especialista en ginecología y obstetricia de la Clínica Mayo en Florida, Yvonne Butler Tobah, reconoció en un artículo que existen alrededor de 20 estudios sobre el cerebro materno, la periodista, Saraí J. Rangel, señaló que a través de entrevistas con médicos y ginecólogos consultados durante su investigación periodística, detectó que la neurología materna ha sido poco estudiada en comparación con otras áreas de esta ciencia, ya que los síntomas característicos del “baby brain” se asociaban como manifestaciones “normales” e, incluso, subjetivas en las mujeres embarazadas. 

“Empecé a preguntarme qué hay detrás de esta curiosidad del embarazo porque nos dicen que va a pasar como las náuseas. ¿Qué lo ocasiona y qué efectos podría tener en la vida de las mujeres que lo sufren? Porque además es algo que se sufre sola porque pueden pensar que es una excusa y entonces te quedas callada”, expresó. 

El equipo de investigación de la doctora Barba-Müller recolectó más de doscientos escáneres cerebrales a lo largo de cinco años. Algunos de ellos correspondían a madres y padres primerizos antes y después del embarazo, mientras que se registró a otro grupo de mujeres y hombres que no planeaban tener hijos para contrastar las diferencias. 

Estas observaciones demostraron que algunas zonas del cerebro de las mujeres se habían modificado luego del embarazo.

En 2018, la investigación “The Baby Brain Research Project” publicada en la Medical Journal of Australia y llevada a cabo por integrantes de la Universidad de Deakin, Australia encontró que el rendimiento de la memoria, la toma de decisiones, la planificación y el juicio de las mujeres gestantes era más bajo en comparación con las no embarazadas.

Saraí J. Rangel retomó la experiencia de Gabriela Frias Villegas, durante su embarazo, quien explicó que en esta etapa, que coincidía con su ingreso al Doctorado en Filosofía de la Ciencia, notó cómo su concentración y capacidad de leer y escribir disminuyó poco a poco. 

Al igual que Saraí J. Rangel, señaló que al acudir a diversos especialistas en medicina, se encontraba con la misma situación: se referían a estos síntomas como algo “normal” en las mujeres embarazadas. Sin embargo, al investigar sobre este tema encontró que, aunque escasas, había explicaciones científicas para lo que le estaba pasando.   

“Mi ex pareja me llenaba de libros que se quedaban en la mesa porque yo no podía leer, mis papás me decían “ponte a hacer algo, te la pasas tirada todo el día sin hacer nada” y mis amigos anteriores que no tenían hijos me decían que hiciera algo para cambiar esta situación y yo no podía, mi cerebro no estaba respondiendo y ya hablando tiempo después con una compañera me dijo ‘eso que te pasó a ti me pasó a mí y a muchas mujeres y no debes sentirte avergonzada´”, contó. 

La educadora perinatal y directora de la asociación civil Nacer Libre, Silka Guerrero Gutiérrez, explicó que, a través de su trabajo con mujeres embarazadas y madres primerizas, ha notado afectación en el rendimiento tanto en su trabajo como en sus actividades cotidianas, sin embargo, la mayoría de ellas no sabe qué es el “baby brain”. 

“Durante estos años que he acompañado a mujeres me dicen que se sienten en la luna, olvidan todo, empiezan a tener todo este tipo de manifestaciones en el embarazo y todavía en el post parto y no son 40 días, en lo que tu cuerpo se siente mejor o en lo que agarras más energía”, detalló. 

Los descubrimientos sobre los efectos secundarios, producto de esta reorganización del cerebro durante la gestación, deben hacerse visibles no solo para explicar, científicamente, los cambios que ocurren en una madre, sino también para determinar políticas públicas que garanticen la salud maternal e infantil. 

La integrante del Departamento de Ciencia y Matemáticas del Instituto Tecnológico de Rochester  en Estados Unidos, Bonnie Jacob, expuso en su artículo Mommy Brain and the Mommy Mathematician, publicado en 2018 en el Journal of Humanistic Mathematics, que una forma en que las mujeres, especialmente aquellas que trabajan, se sientan menos afectadas por los efectos del “baby brain” sería tomar licencias de maternidad más razonables en lugar de retomar sus actividades apenas nacen las y los bebés.

En este sentido, la coordinadora de Incidencia Política Federal del Pacto por la Primera Infancia, Dámaris Sosa de Antuñano, señaló que desde esta perspectiva es importante tomar en cuenta estas investigaciones para mejorar. La disposición actual de las licencias de maternidad, vigente en México, contemplan un periodo de 12 semanas para las mujeres embarazadas que cuentan con seguridad social. 

Sosa de Antuñano consideró que estos cambios cognitivos en las madres podrían influir en el desarrollo y el apego de los hijos e hijas, de ahí la importancia de abarcar un periodo mayor de licencia de maternidad como un elemento indispensable para el bienestar de ambas partes. 

“Este tema atañe, principalmente, las etapas del embarazo, nacimiento y crecimiento hasta los tres años. Sabemos que hay buenas prácticas a la libertad del empleador, pero estas prácticas no están reguladas en todo el país y por ello es imperativo ampliar la licencia de maternidad, al menos, a 18 semanas que es la recomendación 191 sobre la protección de maternidad de la Organización Mundial del Trabajo”, detalló. 

Durante la charla de la RedMPC, las especialistas coincidieron en que la evidencia científica respecto a las modificaciones cerebrales en la etapa de gestación, aún es insuficiente, por lo cual consideraron que es necesario abordar este tema de manera pública y ponerlo al mismo nivel de importancia que otros temas de salud materna, ya que ayudaría a la eliminación de estereotipos y estigmas sobre la maternidad.

Imagen: Freepik

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