POR MYRIAM VIDAL VALERO
Informar que “existe” un microchip hecho por mexicanos para realizar pruebas rápidas para detectar COVID-19 es engañoso, porque se trata de un desarrollo tecnológico en proceso que dista mucho de funcionar en el corto plazo.
Varios medios informativos (1) reprodujeron un boletín del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav) (2), que describe el desarrollo de un dispositivo que permitiría identificar la presencia de anticuerpos contra el SARS-CoV-2 en la sangre de las personas.
Según los medios, el microchip en el que trabajan el investigador de la Unidad Monterrey de esa institución, José Luis García Cordero y su grupo de investigación se podría insertar en un dispositivo portátil desde el cual diagnosticaría incluso a personas que no presentan síntomas.
Además, su comercialización haría posible que lo utilice tanto el personal de salud como cualquiera de forma casera. Pese a lo increíble que suena, está lejos de ser real.
Un primer elemento engañoso es que los encabezados dan a entender que el microchip ya está terminado, cuando en realidad los investigadores apenas están trabajando en el diseño del primer prototipo.
El desarrollo, además, tiene varias limitaciones; y la principal tiene que ver con la más relevante: la detección de los anticuerpos.
De acuerdo con un estudio publicado en la revista científica The Lancet (3), las pruebas para detectar anticuerpos responden a la reacción del sistema inmune que comienza a producirlos cuando una persona se infecta con el virus.
Es decir, si la prueba encuentra anticuerpos se puede concluir que la persona ha sido infectada. El problema es que la producción de anticuerpos no es inmediata; puede tomar desde cinco y hasta 14 días en alcanzar una cantidad detectable.
De manera que estas pruebas pueden indicar a los médicos si alguien ya ha tenido COVID-19, pero no pueden definir con suficiente certeza si un paciente lo tiene en el momento de hacérsela si aún no ha desarrollado anticuerpos.
Científicos alrededor del mundo continúan investigando alternativas para brincar ese obstáculo, pero a la fecha la mejor opción (4) es realizar una segunda prueba días después de la primera si los resultados fueron negativos para SARS-CoV-2.
Otra opción es que los diagnósticos se basen en pruebas moleculares y no serológicas.
La idea del microchip está lejos de ser novedosa. En países como Estados Unidos, Japón, Corea del Sur, China, y varias naciones en Europa trabajan con el mismo objetivo. La complejidad en común está en que son pruebas serológicas para detectar anticuerpos y no al agente infeccioso.
Eso les impide ser pruebas diagnósticas por sí mismas y sólo son complementarias.
Por eso, algunas de las que estarían disponibles en el mediano plazo podrían utilizarse como medida posterior al confinamiento, para establecer si una persona ya fue expuesta a la infección y desarrolló inmunidad, de tal forma que no sea susceptible a reinfectarse y transmitir el virus. Sin embargo aún en esos casos habría una mínima tasa de error.
Otra limitación para el microchip mexicano está en la necesidad de importar los reactivos desde China y Estados Unidos, que puede tardar entre cuatro y ocho semanas, según el investigador del Cinvestav, lo cual alarga los tiempos de desarrollo.
Si se lograran resolver estos desafíos, el microchip mexicano aun necesitaría la autorización por parte de la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) y otras autoridades sanitarias para poder ser implementado.
Además del proyecto en curso en el Cinvestav, la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y otras instituciones académicas trabajan en la búsqueda de soluciones similares para generar métodos eficientes de diagnóstico de COVID-19.
Cada grupo de investigación recurre al conocimiento y recursos tecnológicos que existen en la materia, así como a los que sus especialistas han desarrollado.
Edición: Luis R. Castrillón
LINKS
(1) https://www.excelsior.com.mx/nacional/ipn-disena-microchip-para-detectar-covid-19-en-minutos/1373982
(3) https://www.thelancet.com/action/showPdf?pii=S0140-6736%2820%2930788-1
(4) https://www.medscape.com/viewarticle/928150
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